La Iglesia en todo el mundo celebra hoy la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesus, una fiesta de origen relativamente reciente y se debe a la petición que le hizo Jesus mismo en una de sus apariciones a Santa Margarita María de Alacoque para que extendiera la devoción a su Sagrado Corazón:

 

“He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombre y que no ha ahorrado nada hasta el extremo de agotarse y consumirse para testimoniarles su amor. Y, en compensación, sólo recibe, de la mayoría de ellos, ingratitudes y desprecios. Pero lo que más me duele es que se porten así los corazones que se me han consagrado. Por eso te pido que el primer viernes después de la octava del Corpus se celebre una fiesta especial para honrar a mi Corazón, y que se comulgue dicho día para pedirle perdón y reparar los ultrajes recibidos. También te prometo que mi Corazón se dilatará para esparcir en abundancia su divino amor sobre quienes le hagan ese honor y procuren que se le tribute.”

 

Desde ese momento, Roma empezó a estudiar lentamente las apariciones del Sagrado Corazón a Santa Margarita María de Alacoque y la importancia de esta nueva devoción. Pero hubo de pasar casi 100 años hasta que la Santa Sede autorizó a los obispos polacos la celebración de esta fiesta… Solamente en 1856, el papa Pío IX la hizo extensiva a toda la Iglesia. En los años siguientes creció en rango e importancia, así como en popularidad.sin embargo todo el mes de junio está, de algun modo, dedicado por la piedad cristiana al Corazón de Cristo.

 

El Papa Juan Pablo II, en la carta entregada al Prepósito General de la Compañía de Jesus, P. Kolvenbach, en la Capilla de San Claudio de la Colombière, el 5 de octubre de 1986, en Paray-le-Monial, animaba a los Jesuitas a impulsar esta devoción:

 

«Sé con cuánta generosidad la Compañía de Jesus ha acogido esta admirable misión y con cuánto ardor ha buscado cumplirla lo mejor posible en el curso de estos tres ultimos siglos: ahora bien, yo deseo, en esta ocasión solemne, exhortar a todos los miembros de la Compañía a que promuevan con mayor celo aun esta devoción que corresponde más que nunca a las esperanzas de nuestro tiempo».

 

Al honrar el corazón de Jesus, la Iglesia venera y adora, en palabras de Pío XII, «el símbolo y casi la expresión de la caridad divina«. 15 años después del Gran Jubileo de los 2000 años del nacimiento de Jesucristo, meditar sobre la devoción al Corazón de Jesus es un medio propicio para secundar la iniciativa del Papa que nos invitaba a contemplar el acontecimiento de la Encarnación del Hijo de Dios, misterio de salvación para todo el género humano.